miércoles, 14 de julio de 2010

Azul y los Hijos

Este post lo vengo pensando desde hace mucho. Pero no sabía cómo encararlo. Tenía muchas críticas que se relacionaban entre sí, pero no se me ocurría cómo ensamblarlas. Es por eso que me comprometo en hacer todo lo posible por encaminar la cuestión sin irme de tema, sin enredarme y esforzándome por darle una coherencia al asunto.

Probablemente ofenda a varias personas con el post que nos concierne en el día de hoy: me importa soberanamente tres carajos, como de costumbre, pero no puedo callarme. A Azul le gusta expresarse. Sí, sí. A Azul le gusta bardear, también.

Lentamente, los seres humanos se han convertido en víctimas de las imposiciones sociales, y han dejado de lado nuestros instintos y comportamientos naturales.

No voy a hablar de cómo es en otros países, en otros continentes, ya que para eso tendría que haber vivido un largo tiempo en el exterior, y ese no es mi caso. Y un viaje de 15, 20 días o un mes, no es parámetro para juzgar o catalogar la vida de una determinada sociedad ajena a nosotros. Por eso voy a hablar de cómo es aquí, en la Argentina.

Ya hablamos oportunamente del casamiento como imposición social con todos su clichés. Pero luego de este ritual impuesto y casi exigido por muchas individuos, llega el otro: la concepción de la prole. Sí. De todas estas imposiciones sociales, tener hijos se ha convertido en una de ellas. Un acto natural tan simple como la procreación ha pasado a tener connotaciones ridículas. Hoy en día el hecho de generar una prole es en muchos casos –en muchísimos, más de los que suponemos- una imposición o exigencia social.

Para arrancar con el análisis, quiero compartir una especie de anécdota que viví hace un tiempo con una conocida mía. Sólo así podrán comprender a qué me referiré más adelante.

Dicha conocida mía, a quien llamaremos Susanita, es una chica que toda su vida fue bastante chata, predecible y poco interesante, cuya mayor aspiración siempre fue únicamente conseguir un marido con plata, tener muchos hijos, vestirlos ridículamente y llevarlos a un colegio top.

La realidad es que Susanita nunca consiguió un marido con plata, pero hace un tiempo enganchó a un pobre imbécil y lo engatusó hasta casarse de blanco, con una fiesta típica con video emotivo, ceremonia de velas y todo ese tipo de paparruchadas. Cabe destacar que mujeres como Susanita no pretenden encontrar el amor verdadero: un hombre que además de ser pareja, sea también amigo, compinche y compañero en este camino que es la vida. No. Las mujeres de esa índole buscan básicamente al boludo que algún día pueda concretar sus sueños de princesa. "Mi sueño es casarme de blanco”, y entonces su búsqueda se centra en esta cuestión banal y superflúa, y no en asuntos más profundos. Volviendo al caso puntual de Susanita, al poco tiempo del casorio de ensueño, como era de esperarse, la chica quedó felizmente preñada y tuvo al primero de su tropa de hijitos, al que llamó Lautaro. Típico en estos días que ya ningún bebito se llama ni Juan ni Pedro. Ahora todos tienen esa clase de nombre originales, fashion y cool.

Un día, Susanita llamó por teléfono y, con su voz de pito de mujer imbécil, me preguntó si íbamos a estar en casa. Su pregunta me paralizó. Sí, íbamos a estar en casa, pero no quería decírselo. Tenía miedo de que quisiese venir a visitarme con su nuevo crío. Pero no sabía qué pretexto inventar. Yo tenía que hacer miles de cosas pero en ese preciso momento no se me ocurría nada que decirle, simplemente me bloqueé y le dije que sí. Entonces ocurrió lo que yo más temía: Susanita me dijo que acudiría a visitarnos con su “Lauti”, para que “lo viéramos” (como si a mí o a mi familia –bah, voy a hablar por mí- nos importara “verlo”). Aclaro que no me gustan los bebés, no me generan nada, ningún sentimiento negativo pero tampoco positivo. Los veo y nada. Ahí están. Y yo dura, fría, estática, apática, sin que me importe tener un ser humano recién nacido en frente. Y también odiaba que le dijera "Lauti". Me sonaba a “laucha” o a algo feo.

Pero ya había cavado mi propia tumba. Susanita vendría con su cachorro y ya no había vuelta atrás. Esa tarde sería un bochorno para mí.

Susanita llegó a mi casa con su cara típica de madre primeriza orgullosa de su gordillo arrugoso. Al cabo de unos minutos de exhibirme a su pequeño bebote que era exactamente igual a todos los bebés del mundo (aunque no paraba de repetirme que: “No es igual al papá? Tiene la misma carita, mi vida!”), el pequeño monstruillo comenzó a chillar. “Mi amor, tiene hambre, mi cielo!”, dijo haciendo puchero, al tiempo que sacaba una teta abultada totalmente deforme y con el pezón muy grande y amarronado, la cual insertó en la boca del chiquillo, que empezó a chupar y a chupar. Por dentro, Azul puteaba y daba alaridos de terror. ¿Por qué carajo tenía yo que contemplar esa horrible escena con teta deforme incluida? ¿Por qué, por el amor de Adrián Dárgelos? ¿No podía haberle dado de comer antes? Qué injusticia. Estaba indignadísima.

Pero eso no fue nada. Eso fue sólo el principio de mi terrorífica pesadilla.

A los cuarenta y cinco minutos de su maquiavélico arribo, un olor nauseabundo inundó la habitación. Yo había estado prediciendo dicha situación durante todo el día, desde que colgué el teléfono. Había sucedido lo esperado, y Susanita esbozó su sonrisita más idiota, mientras agarraba su bolso gigante de plástico y estampado de ositos tiernos, y sacaba una cantidad interminable de cosas, como ser: un pañal, una mini-colchonetita con dibujos de patitos felices, un pote con forma de oso que no sé qué carajo contenía en su interior, un tarro con talco, etcétera. Entonces comenzó el temido ritual y pude comprobar de cerca, una vez más, lo horrible que somos ni bien nacemos. Yo estaba parada allí, a unos pasos de Susanita, mirando con horror cómo mi mesa de caoba negra estilo inglés se convertía en un improvisado cambiador.

- Vos hacías lo mismo, eh? – dijo, interpretando mis pensamientos a través de la mueca de horror dibujada en mi rostro.
- ¿Qué cosa? - pregunté, sin disimular la misma mueca de espanto.
- Vos también dejabas regalitos en el pañal.
- Preferiría no saberlo.

La circunstancia no me hizo ninguna gracia. De todas formas, no duró mucho. A los quince minutos Susanita ya estaba feliz, con una sonrisa idiota de satisfacción a cuestas, mientras su bebé comenzaba a dormitar entre sus brazos.

- Linda tortita, eh.
- ¿Qué? –, pregunté, casi horrorizada. No podía creer lo que me estaba diciendo…no podía creer hacia dónde quería encaminar la conversación. ¡No podía creer que fuese tan idiota!
- Linda tortita se mandó Lauti.
Otra vez ese “Lauti” irritante.
- Divina, puro glamour.
- Ay, vos siempre tan sarcástica.
- Ja.
- No te gusta, ¿no?
- ¿Qué cosa?
- Todo esto de ser madre…
- No sé, Susanita. No soy madre.
- Pero, ¿te gustaría?
- No estoy preparada.
- Está bien, pero…¿te gustaría?
¡Por Dios! ¡Qué imbécil era esta mujer!
- No.
- Jajaja!
- Jaja.
- Ya te vas a morir por tener un bebito dentro de tu pancita, sentir sus pataditas, verlo nacer.
- Me imagino.

Lo que me imaginaba era que eso no ocurriría jamás. Jamás iba a morirme por engordar 9 kilos como mínimo, llenarme de estrías, usar ropa de vieja hasta que un marciano arrugado saliera de mi cuerpo, en medio de una euforia de gritos y llantos, con un pelotudo casi al borde del desmayo filmando la terrible escena (el padre), que bien podría ser parte de la más morbosa película de terror.

- El parto. El parto es algo que nunca te podés olvidar. Es lo mejor que le puede pasar a una mujer.
- Me imagino.

Necesitaba que cerrara un poco la boca. Todos esos comentarios me deprimían.

En ese momento mi perrita, que había estado econdida debajo de mi cama en cuanto arribaron las ingratas visitas, apareció de la nada. Se ve que en cierta forma presintió que Susanita y su bebé no eran tan de temer. Asique se abalanzó sobre ella y le hizo la fiesta habitual que le hace a todas las personas. La cara de Susanita tendría que haberla filmado.

- Ay, qué linda. – dijo, haciendo una mueca de espanto. La tierna madre primeriza de Susanita detesta y siente un asco corrosivo por los perros. Una razón más para afianzar mi antipatía hacia dicho sujeto.
- Sí, tan linda como la torta que se mandó Lauti…
- Jajaja!
- Ja.

La situación me superó. O sea, yo estuve obligada a observar primero una teta amorfa, luego una torta verduzca de un alfeñique sobre la mesa de caoba negra estilo inglés de mi comedor, y ahora tenía que tolerar como Susanita miraba con asco a mi Poddle Toy con papeles. No pude soportarlo. Tenía que hacer algo para que Susanita se fuera de mi casa y todo terminara o huir yo misma despavorida hacia cualquier lugar y tirarme de un puente hacia una autopista.

Pero, afortunadamente, al poco tiempo Susanita se fue. Nunca en mi vida me había sentido tan indignada. Le abrí la puerta y volví al comedor. Me quedé sentada a la mesa, mirando un punto fijo y acariciando a mi perrita que acababa de pedirme upa. Y así me quedé, con el ceño fruncido e inmersa en mis propios pensamientos. No podía creer que yo, siendo una pendeja, estuviese preocupada por leer varios capítulos de una obra de Nietzsche para poder rendir bien un parcial de Filosofía, mientras una pelotuda venía a interrumpirme y a hablarme de tetas, de tortitas en el pañal, de patadas en la panza y de más. Flaca, ¡lo que me estás contando es algo normal, común y corriente! ¡Es simplemente una condición necesaria para que el ser humano subsista, crezca, evolucione –en algunos casos, si los padres cooperan, cosa que dudo que fuese el caso de Susanita- y finalmente muera! ¡Nada del otro mundo! ¡Por Dios!

Por lo expuesto anteriormente, que es sólo un caso más entre 150 millones, estoy en condiciones de decir que cuando una mujer socialmente normal queda embarazada por primera vez puede llegar a convertirse en un ser humano insportable. Por supuesto que no siempre, claro que no. Cuando me refiero a una embarazada o madre primeriza como “ser humano insportable” me refiero a aquellas mujeres que ven la reproducción como un juego, como “jugar a la mamá y al papá”. Porque su mayor satisfacción reside en pasearse por la vida exhibiendo la panza inflada, exigiendo asientos en el transporte público, comprando ropita del color del sexo del bebé, arreglando habitaciones con adornitos, móviles y peluches, y demás. Cuando nace el niño, la madre reciente exhibirá orgullosa sus asquerosas mamas al alimentar al bebé y le cambiará los pañales en cualquier lado, mostrándole al mundo la basofia que su pequeño alienígena acaba de expulsar analmente. ¿Por qué yo tengo que ser testigo de eso? ¿Por qué tengo que ver esa teta deformada? ¿Por qué tenés que cambiar a tu gordinflón pelado, arrugado y violáceo arriba de mi mesa? ¿POR QUÉ?

No nos engañemos. La maternidad no es un estado tierno, rodeado de ositos, patitos y cintitas bebés. Es un estado natural y normal. Tener hijos no es equivalente a tener bebés. Tener hijos es otra cosa.

Para quienes se lo preguntan, les digo que sí, yo quiero tener hijos. Pero no bebés. No deseo ser madre para mostrar mi pancita tierna y llena de estrías, ni exhibir como mi criatura se prende a mi pezón totalmente oxidado y espantoso. No. Quiero tener hijos con la conciencia de que mi bebé arrugoso en menos de dos décadas será un hombre o mujer de 18 años, y criarlo y educarlo conciente y responsablemente durante toda su vida para que, llegado a este punto, sea un ser humano inteligente e interesante con el cual conversar. Yo quisiera ser su guía en la vida, su ente educador, su respaldo y apoyo moral más allá de la tierna concepción del instinto maternal. No quiero mostrarlos vestiditos de rosa o celeste mientras cargo un bolso con estampado de ositos o patitos lleno de pañales, talco y otros elementos. No me interesa que mi hijo sea médico, abogado o arquitecto. Me interesa que sea feliz y tenga moral, que desee con todo su ser contribuir inteligentemente a la sociedad a la cual pertenece. No me importaría que mi hijo fuese un bailarín clásico homosexual. Que sea lo que quiera ser, lo que sienta que tiene que ser. Mientras no olvide el respeto para con otros seres vivos (y en este punto, no me refiero exclusivamente a los seres humanos) y ame al medio ambiente, que sea y haga lo que se le dé la gana. No voy a tener otras exigencias ni pretenciones para con su persona.

Lamentablemente, nunca faltan las familias que casi le exigen a una joven doncellita que se case por Iglesia con ceremonia tradicional, haga la típica fiesta de gala para la parentela y engendre en un breve lapso de tiempo un bebé. Y si la doncellita es una radical boluda, accederá con gusto a las pretensiones de ensueño de su familia chata, independientemente de lo que realmente sienta por dentro.

Lo que me indigna es, en muchos casos, la falta de tacto de estos especímenes cuando los bebés dejan de ser bebés. Cuando comienzan paulatinamente a convertirse en hombres y mujeres. Es ahí cuando deberían mostrar su verdadera capacidad de madres: educándolos, guiándolos, dándole directrices para la vida; infundiéndoles una moral y una ética. Incentivándolos a que conozcan el mundo (y esto no implica necesariamente viajar por el globo terráqueo), a que tengan la mente abierta, a que juzguen por ellos mismos qué está bien y qué está mal, olvidándose al menos por un instante qué opina el entorno social al respecto.

Pero, de todas las mujercitas panzudas y embarazadas, ¿cuántas son realmente capaces de esto? Tener un hijo no es darle la teta, cambiarle un pañal en público, llevarlo al jardín con una mochila con dibujitos; no es hacerle una torta decorada con Frutillitas o los Backyardingans para su cumpleaños. Tener un hijo, repito, no es tener un bebé. No es jugar a la mamá. Es comprometerse con la vida de un otro. Comprometerse con su educación. Comprometerse con el futuro de ese hombre o esa mujer. Lo cual no es poca cosa.

Más de una vez he visto familias perfectas que viven en countries cuyos niñitos o niñitas son cuidados por mucamas o niñeras una vez que han dejado de ser pintorescos, gordinflones y tiernos bebés. ¿Para eso quisieron tener hijos? ¿Para sacarse la típica foto familiar y contarle a todo el mundo que tienen una familia feliz? ¿Para putear cuando no puedan irse de vacaciones al exterior porque el presupuesto no dá y decidan depositarlos como sacos de huesos en la casa de algún pariente? ¿PARA ESO?

Honestamente, yo no sé si tengo o no tengo instinto maternal. Yo creo que sí. Sólo que mi instinto maternal es diferente del de las chicas que están en el boludismo de la ropita de La Patisserie, el jardincito fashion y los juguetes didácticos de Fisher Price.

Dejo que el lector opine lo que quiera. Y me putee si así lo desea. Mi opinión, como podrá deducir, no será modificada.

lunes, 28 de junio de 2010

Azul y el Mundial - Parte III

Sí, gente. Perdón. Tengo que insistir con lo mismo. Siguen ocurriendo cosas muy fuertes y casi sobrenaturales.

HOY: Comentarios pelotudos de la gente, Pantallas Plasma y otras yerbas.

Transcripción de un nuevo diálogo con mi amiga, la enferma mental, a quién nos referimos como "Anita" cierta vez, pero a la cual en esta oportunidad deberé referirme (siempre en mi afán por preservar su verdadera identidad y su honor) como "Paris Hilton", a pedido de la misma, ya que se encabronó sobremanera cuando vió que la había llamado "Anita" y estuvo a punto de destrozarme la dentadura de un cachetazo (sí, este individuo es peor que yo y podrán constatarlo ustedes mismos a medida que vayan leyendo las líneas que siguen a continuación) (nótese mi increible estado calmo y sumiso en esta puntual ocasión):

Azul dice: Viste el partido ayer?
Paris Hilton dice: Sí, lo vi. Odié a todos. Por hacerse los fanáticos.
Azul dice: Bueno, ya se sabe.
Paris Hilton dice: Y la idiota de mi tía XXX sacándole fotos a la tele. Y la familia festejando los goles.
Azul dice: O comentarios al estilo: "qué bien, la pulgaaaaaa!"
Paris Hilton dice: Yo te aclaro algo: estoy descubriendo una faceta de (mi tía) que no conocía y no me gusta. Es una tarada. Hace todo para llamar la atención. Para ser "popular". Y viste cómo soy...que le pongo el ojo a una persona y no paro hasta matarla y odiarla...
Hace comentarios pelotudos...Cuando metió el gol Tévez, gritó: "ESE ES MI NEGRITOOO!!!”, e hizo puchero para llorar...En el himno también!!! Y se puso de pie!!! Por Dios...
Azul dice: JAJAJAJAJAJA
Paris Hilton dice: Igual ayer yo estaba jodida, no me bancaba ni un pedo. Fuimos a comprar empanadas y mientras esperábamos había una pelotuda que se acerca a la caja a pagar y le dice al muchacho:
(Leé esto, te lo pido por favor)
"Vas a ver el partido, no? Yo obvio que sí! Aparte tengo mi propia cábala: uso un gorro. Porque lo usé en todos los partidos y viste cómo NOS fue. Aparte contra Grecia no lo tenía y VENÍAMOS sin hacer goles, entonces me lo puse y GANAMOS! Asique hoy sin falta, mi gorro!"
Azul dice: AH NO. NO, NO. NO, NO.
Paris Hilton dice: CASI ME LE TIRO ENCIMA COMO UNA FIERA EN LA JUNGLA Y LE DESGARRO TODO LOS MIEMBROS CON LA BOCA.
Azul dice: ME ESTÁS MINTIENDO…
Paris Hilton dice: NO! Y PARÁ!
Azul dice: DEJÁ DE MENTIRME, PARIS HILTON!
Paris Hilton dice: YO ENTRÉ EN COLERA. Y LO MIRO A XXX Y LE DIGO:
"Ves por qué no me banco los partidos? Perdón, me corrijo: no me banco a la gente pelotuda. GANAMOS? Qué ganamos?!?! METIMOS GOLES?! Metimos goles?!? De qué está hablando este mamarracho? Pero por favor!!! Ella corre detrás del balón? Ella gana 20 millones al año? NO!!! Entonces que cierre el orto!"
Azul dice: Pero lo dijiste en voz alta?
Paris Hilton dice: Sí, sí, en voz normal. El muchacho que nos atendió se cagaba de risa.
Azul dice: A mí honestamente me joden los comentarios pelotudos...si no fuera por los comentarios pelotudos, todo cool.
Paris Hilton dice: Por Dios, mirá esto: “vamos, pulga, queremos el tuyo”. XXX subiendo eso al Feisbum mientras el partido iba en marcha.
Ah! Y después quedé como una yegua (a la vista de ellos) porque no sé quién dijo que no sé cuál jugador estaba bueno…y saltó la loca histérica y dijo: "PERO DÉJENSE DE JODER! LINDO? ESO LES PARECE LINDO? LINDO ES CRISTIANO RONALDO! NO ESE MAPUCHE! QUE TE CAIGA BIEN ES DIFERENTE! "
Y XXX acotó por lo bajo: “Cristiano Ronaldo es precioso…”
Azul dice: BIEEEEEEEEEEEEN, PARIS HILTON! MUY BIEN!
PARÁ. PARÁ UN SEGUNDO. NECESITO QUE ME EXPLIQUES ALGO QUE NO LOGRO COMPRENDER, A VER SI VOS TENÉS LA RESPUESTA. ME PODÉS EXPLICAR POR QUÉ TODO EL MUNDO ESTA "ESPERANDO" EL "GOL DE MESSI"?
Paris Hilton dice: NO SÉ, AZUL! NO SÉ POR QUÉ TODOS ESPERAN EL GOL DE LIO! NO LO SÉ!
Azul dice: NO SÉ, NO ENTIENDO! O SEA, POR QUÉ ESPERÁS EL GOL DE UN TIPO QUE AGARRÓ LA PELOTA 5 VECES EN TODO EL MUNDIAL? POR QUÉ ESA NECESIDAD Y ESA DESESPERACIÓN POR IDOLATRARLO PORQUE SÍ? NO ENTIENDO!
ADEMÁS, SE SUPONE QUE LO IMPORTANTE ES QUE SE METAN GOLES, NO QUIÉN LOS HAGA!...O SEA, DÁ LO MISMO QUE LO HAGA MASCHERANO, MAXI LOPEZ, GOYCOCHEA O CLAUDIO PAUL CANIGGIA!....DÁ IGUAL! POR QUÉ MESSIIIIIIIIIIII?
Y NO LE DIGAS "LIO"! NO ES AMIGO TUYO!
Paris Hilton dice: SÍ, SÍ, ESO ES CIERTO. ES MÁS, ME GUSTA QUE ESTE CHICO (NO SÉ CÓMO SE LLAMA) HAYA METIDO MUCHOS GOLES Y NO HAYA SIDO MESINS.
Lo del “negrito” y mi tía fue mortal... Cuando metió el gol ese chico casi se pone a llorar! O sea: si estás en Johannesburgo, ok, está bien, llorá, te lo permito y lo entiendo. Pero que estés en San Fernando mirando el partido en un Plasma que tiene una definición del orto y los pixeles salen volando cuando se mueven rápido las figuras...NO!
Azul dice: JAJAJAJA! SOS TAN CRUEL!
Paris Hilton dice: NO, NO SOY CRUEL! SOY REAL, BOLUDA!
OTRA COSA QUE ME MOLESTA: XXX1, XXX2 Y XXX3 SE COMPRARON PLASMAS. LOS DE XXX1 Y XXX2 SON GIGANTESCOS. PERO SE VEN MAL!!! O SEA: HABLEMOS CLARO, MUCHACHOS! SE-VE-MAL!
Azul dice: YA LO SE, PARIS HILTON! YA LO SÉ! LOS PLASMAS SE VEN COMO EL ORTO! ESO NO ES NOVEDAD!
Paris Hilton dice: Y SABÉS POR QUÉ ES ESO? PORQUE LOS PLASMAS DEBEN SER UTILIZADOS CON CABLE DIGITAL! TIPO DIREC TV! NO CON CABLEVISIÓN!
Azul dice: Ah, eso no lo sabía...
Paris Hilton dice: YO TAMPOCO LO SABÍA, ME ENTERÉ AHORA. Para que se vea como en Garbarino, con una excelente calidad, tienen que tener Cable Digital! O acaso vos viste en Garbarino o Frávega todo el cablerío que pasa por el piso para engancharse en el LCD? NO! Porque es Cab-le Di-gi-tal!
Y aparte me embolan los comentarios: "Qué bien se ve!". Me estás jodiendo, man? Me hablás en serio? Me hacen poner como loca, boluda!!! Y después me dicen histérica!
En Frávega se ve fantástico, en tu casa no. AD-MI-TI-LO.
Y decile a tu viejo que ponga Direc TV porque sino lo voy a cagar a palos cuando lo vea. Me puse violenta. A mi padre ya le dije y me dijo: “Ni en pedo.”. Y le dije: “Entonces gastaste $ 7000 al pedo, porque se vé como el culo…”.
Obviamente, quién es la mala? Paris Hilton, por supuesto. Hoy estoy peor que la Tana Ferro.
Azul dice: Pero por qué le tengo que decir a mi viejo que ponga Direct TV? A MI NO ME INTERESA! Yo ni veo tele!
Paris Hilton dice: Porque no quiero más Plasmas en el mundo que se vean mal! No quiero volver a ver un partido de fútbol sin saber si lleva la pelota Cristiano Ronaldo, Arnaldo André o Carlos Tévez por culpa de los pixeles!
Entiendo, y no soy tonta, que estéticamente quedan bien...pero de qué te sirve si se ve mal!
Azul dice: LO SÉ. TENGO UNA MALA NOTICIA PARA VOS. Mi viejo, que sabe mucho, dijo algo: ESTE MUNDIAL ESTÁ ARREGLADO. Y ESTÁ ARREGLADO PARA ARGENTINA. SALDRÁ CAMPEÓN.
Paris Hilton dice: En serio?
Azul dice: Sí, así parece. Por eso le anulan goles a equipos grandes y perdonaron ayer el de Tévez.
Paris Hilton dice: Y por qué Argentina y no Checoslovaquia?
Azul dice: Porque Checoslovaquia no existe más. Es un país que dejó de existir...Ahora es República Checa y no está en el Mundial, Paris Hilton, por eso!
Paris Hilton dice: No sabía... =(
Azul dice: Y supongo que es porque Maradona es el DT.
Paris Hilton dice: Sabés que me pego un tiro, no?
Azul dice: Y la revista Noticias dice que Kircher está metido en el medio (?).
NOOOOOOOOOOOOOOOOO
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
VAYÁMONOS DE PIC-NIC A UN LUGAR LEJANO! PERO NO NOS MATEMOS!

Cierro el post, sin agregar ni comentar nada más, con este último fragmento:

Paris Hilton dice: Hola, volví, había salido. Te cuento:
Es obvio que la sociedad es pelotuda y está idiotizada con el Mundial. Y de golpe y porrazo todos saben de fútbol.
Recién voy a la Escribanía y me quedo en la recepción, esperando al Escribano, charlando pavadas con la secretaria, que era amorosa, hasta hoy. Y, DE LA NADA, me dice: "Aaaay, cómo me gusta Messi!"
Yo la miro con los ojos llenos de cólera. Y le digo: "Me estás hablando en serio?"
Y mientras me decía: "Ay, sí, sí, me encanta", gira el monitor de su computadora y me muestra: de fondo de pantalla....tiene al chico con cara de embudo...
Le dije: "No podés...Me decepcionás..."
Y gracias a Dios sonó el timbre y tuvo que atender. Sino creo que todavía la estoy pateando.
Azul dice: NO PUEDO CREERLO. SEGUÍS MINTIÉNDOME. NO PUEDO CREERLO.
Paris Hilton dice: No, boluda, te juro que no miento. Parece a propósito. Para mí que soy parte de The Truman Show y me están filmando. Y un día me dirán la verdad.

...
...

Nada más por el día de hoy. Me voy a preparar un Cianuro On The Rocks.

martes, 22 de junio de 2010

Azul y el Mundial - Parte II

Cosas que me fastidian del Mundial (para variar) (además de las ya mencionadas en el post anterior):

1. Sigo leyendo y/o escuchando que "Messi es uno de los hombres más sexis del Mundial". No entiendo nada. Estoy confundida. No sé qué está pasando. Me quiero suicidar.

2. La próxima vez que escuche o lea que comparan a Messi con Crishtianu Ronaldu, sea por la razón que sea, voy a empalar sanguinariamente a todo aquel pelotudo que lo haga. No entiendo nada de fútbol, pero sólo sé que Ronaldu es la única razón en este Mundial por la cual yo podría llegar a considerar -eventualmente- ver un partido de Portugal. Sí, sí, no puedo evitar pensar que me encantaría que Ronaldu me arrincone contra una pared y realice conmigo el más sadomasoquista de los actos. Y no...no es por la abultada cifra existente en su cuenta bancaria europea! Si fuera el verdulero, pensaría exactamente lo mismo.

3. Maradona hablando cual foca relajada que acaba de tomarse un Rivotril sobre "las fieras" que tiene en su equipo es lo más desagradable visual y auditivamente que vi y oí en mi vida. Cada vez que lo veo me dan ganas de tirarme por un acantilado.

4. Mi mamá se aprendió el paso del "Waka Waka Waka Eh". Sí, así como lo leen. La vi con mis propios ojos haciendo la coreografía. Automáticamente me quise cortar las venas, pero la gilette que agarré para hacerlo estaba desafilada. Safé de pedo. Y bueh.

5. Estoy harta de que todo el mundo se haya copado con la palabra "vuvusela". Por cualquier estupidez, ahora todo el mundo busca una excusa para meter la palabra "vuvusela" en el medio. Ya no causa gracia, dejó de ser original y admitamos, por favor, que somos todos unos analfabetos (yo misma incluida) que hasta hace tres semanas atrás le decíamos "corneta" al instrumento. Ya saben dónde me gustaría que se introduzcan el mencionado clarinete futbolero.

6. La próxima vez que vea en un kiosko una revista con Susana Giménez con la camiseta de Argentina en la tapa, haciéndose la barrabrava con su nariz de Michael Jackson diciendo que "estamos todos Maradonizados" (SIC) o alguna frase denigrante por el estilo, voy a secuestrar a todos los canillitas del país y voy a exigir que quemen todos los ejemplares de la publicación con la amenaza de desencadenar una verdadera masacre entre mis rehenes. Espero que quede clarísimo.
Yo sigo sin poder creer las sarta de idioteces que leo y escucho. No lo puedo creer. Por el amor de Adrián Dárgelos.

7. Las propagandas o publicidades que exaltan el sentimiento nacionalista y patriótico, absolutamente falso, y haciéndole creer al argentino que es el mejor del mundo y el más pasional, como por ejemplo, la propaganda de TyC Sports: http://www.youtube.com/watch?v=PLdcvYuNbhQ
La musiquita emotiva me revuelve el estómago. Y no tengo nada más que agregar al respecto.

8. El canto popular "Vamos, vamos, Argentina...Vamos, vamos, a ganar...que esta banda "quilombera"...no te deja, no te deja de alentar!". Chicos, esta canción es más ochentosa que la revista Anteojito y los joggings de tela de avión fluorescente. A ver si nos renovamos un poco, si nos reinventamos a nosotros mismos. Les juro que prefiero escuchar un tema compuesto por la banda de sonido de Marcelo Tinelli. Lo juro.

9. Es bien de suponer que no soporto a Mariano Closs en general, pero menos aún cuando lo escucho decir "se viene la pulga, lapulga-lapulga-lapulga-lapulga-lapulga-lapulga-lapulga-lapulga-lapulgaaaaaaaaa". Cada vez que lo escucho diciendo "la pulga" una veintena de veces seguidas sin respirar, me dan ganas de tirarme bajo el primer vehículo en movimiento que se me cruce. De todas formas, casi que lo admiro, ya que confieso que quise decirlo más de un millón de veces y no me sale: se me lengua la traba mal. Hijo de puta. Es increible.

Bueno, gente linda y amorosa, eso es todo por hoy.
Espero no tener que volver a hablar más del asunto. Pero...nunca se sabe.
Los dejo con besos y abrazos y me retiro con una sonrisa dulce y celestial en el rostro.

Saludos futboleros -y moviendo el bracito al mejor estilo "hincha"-,

Azulita :)

viernes, 11 de junio de 2010

Azul y el Mundial

Sí, chicos, ya sé que el tema es recurrente en estos días, pero lamentablemente Azul no podía dejar de dar su punto de vista al respecto de esta competencia deportiva global y asquerosamente masiva y parafernálica.

Antes de empezar, necesito expresar lo siguiente, ya que si este pensamiento sigue cautivo dentro mío puede llegar a desencadenarse una terrible tragedia: si vuelvo a escuchar el tema "Waka Waka Waka Eh" de Shakira voy a tomar decididamente una ballesta y voy a arremeter contra el primer ser vivo bípedo no-animal que se me cruce en mi camino. He dicho.

Bien, ahora sí, más relajada, puedo continuar con lo mío.

El Mundial de Fútbol tiene una particularidad muy puntual: genera, por un lado, Individuos Idiotas; y, por el otro, Individuos Intolerantes y Asesinos Seriales en Potencia. Casi no hay término medio. Por supuesto que me incluyo dentro de este último grupo, como ya deben de suponer aquellos que me conocen.

Empecemos haciendo una descripción genérica del grupo de los Individuos Idiotas.

Aclaro de antemano que no voy a hacer los típicos comentarios feministas en contra del género masculino excitado y alterado a causa del gran evento. No. Al contrario. No me molesta en absoluto que los hombres apoyen sus culos en un sillón, con una birra en una mano y un paquete de papas fritas o maní en la otra, y se vuelvan severamente autistas por unas dos horas. No me molesta, para nada. Todo bien, hombres! Disfruten del Mundial! Déjennos de joder por un tiempo! Precisamente esto suele venirme muy bien para sacármelos de encima un buen rato, tomar prestada una tarjeta de crédito y algo de efectivo, e irme tranquilamente al Unicenter a comprar compulsivamente cosas necesarias para mi vida cotidiana, y pasear relajadamente por los pasillos que en otras circunstancias estarían abarrotados por gran cantidad de imbéciles que van a mirar vidrieras y a comprar tan solo una tacita de café en Falabella, entorpeciendo así el paseo de compras del ciudadano consumista común (y sí, sí, ya sé que me fui de tema...).

En fin. Volvamos a la nuestro.

Lo que más me molesta durante los aproximadamente 30 días en los cuales se lleva a cabo este evento del orto...son las mujeres.

La mujer, ya sea del sexo femenino o del sexo masculino, puntualmente, se vuelve un especímen insportable, irritante y ciento por ciento pelotudo. Por mujer del sexo masculino entiéndase aquellas mujeres con genitales femeninos pero con una importante cantidad de hormonas masculinas en su torrente sanguíneo. Esas que gritan "NOOO!" con voz de camionero y golpean fuertemente la mesa cada vez que se lleva a cabo una mala jugada en el partido. Esas focas petaconas con voz ronca que tranquilamente podrían llamarse Rodolfo, Hugo o Mario y aún así estaría todo bien y su propia naturaleza no perdería ningún sentido. No sé si me explico. Espero que sí.

Sigamos. Al comenzar un Mundial de Fútbol, y también en sus días previos, la mujer va adquiriendo paulatinamente una conducta irracional, estupidizada y deprimente.

Escucharemos, casi sin excepción, comentarios como los que detallaré a continuación:

CASO 1: Cuando comienza un partido, o mejor dicho, cuando los jugadores salen a la cancha, cantan el himno, se sacan la foto en formación típica y etcétera, etcétera, oiremos la siguiente afirmación: "Ay, me muero! Son todos tan lindos!!!", exclamará histéricamente una mujer idiota en referencia a los 12 o 14 o no sé cuántos jugadores de la Selección. Que alguien me explique, por favor, dónde es lindo Lionel Messi, por ejemplo. Chicas, a ver si nos ponemos de acuerdo: yo comprendo perfectamente la emoción por el Mundial y por la representación de la Argentina en el exterior y todo ese chachi chachi...pero seamos sinceras: Messi es más feo que un ornitorrinco (y que me disculpen los ornitorrincos, con todo el respeto que estos animales se merecen.). Por más que esté disfrazadito de jugador de fútbol de torta, con su camisetita celeste y blanca recién estrenada y su pelito mojado, su deformidad facial no desaparecerá ni podrá ser disimulada. Lo mismo con la Bruja Verón, el "Kuchi" Aguero y todo el resto que ni sé quiénes son, sólo sé que son analfabetos, escupen garsos espesos y omiten la letra "S" en el 99,99 por ciento de sus palabras. Lindo es Orlando Bloom, Eduardo Celasco, el Sr. Sheffield, Adrián Dárgelos...no sé! Bajen la excitación hormonal irracional para con los jugadores de fútbol! Se los pido por Dios! Las cosas como son, señoritas, por favor.
Verdad Universal Futbolística Nro. 1: Ante un Mundial de Fútbol, las mujeres se pondrán cachondas por hombres que definitivamente NO lo ameritan. Amén.

CASO 2: Por otro lado, oiremos frases como la formulada hoy por mi hermana, A.K.A. Mariano Closs, quien dijo, muy seria: "Es increible la cantidad de goles que se están comiendo...", mientras miraba un partido de un país equis versus un país que no era Argentina. Azul, con su malevolencia característica, no pudo dejar de hacer un comentario fiel a su estilo:

Azul: "Y bueno...andá vos a jugar..."
Hermana: ... ...
Azul: "Esto es terrible...se gastan fortunas en el armado de un equipo de Selección y los dirigentes son tan imbéciles que eligen juuuusto a los doce tipos que van a ir a comerse goles...Si supieran que los televidentes podrían hacer todos los goles que los jugadores se comen!"
Hermana: "...No lo digo por eso...es que tienen mala suerte..."
Azul: "Es que sí, es así. Tenés razón! La hinchada que se queda en el país mirando los partidos por televisión seguramente tendría mas suerte dentro de la cancha que los jugadores, especialmente las mujeres! Cuánta incompetencia hay en el fútbol! Qué barbaridad!"

Verdad Universal Futbolística Nro. 2: Ante un Mundial, todas las mujeres se convertirán, inexplicablemente, en críticas idóneas de Fútbol. Amén.

CASO 3: También escucharemos comentarios como el que, muy convencida, y casi revoleando una corneta, dijo mi madre hace algunas horas: "Vamos Sudáfrica! Yo tiro por Sudáfrica!".
No le dije nada. Simplemente me encerré en mi habitación a reflexionar. ¿Tirás? ¿Qué tirás? Yo una granada en medio del estadio y me voy corriendo, eso tiro. No entendés una goma de fútbol, mamita, por favor. Dejá de hablar pelotudeces que tu hija, la desestabilizada mental, puede experimentar un brote psicótico repentino y estaremos todos formalmente en el horno en esta casa.
Verdad Universal Futbolística Nro. 3: Ante un Mundial de Fútbol, las mujeres harán comentarios irracionales, al pedo, descolgados y ridículos. Amén.

En medio de esta psicosis futbolera doméstica, mi padre -afortunadamente- hizo un comentario muy acertado: "Cuánto pelotudismo despierta el Mundial...". Automáticamente me puse de pie y lo aplaudí, esbozando mi primera sonrisa del día y balbuceando, entre dientes, mi tan característico "Muejejé".

Para ir cerrando el asunto, quisiera transcribir un fragmento de un diálogo con una amiga, enferma mental como yo y socia fundadora del grupo de los Individuos Intolerantes y Asesinos Seriales en Potencia, a quién daremos el nombre ficticio de Anita, para preservar su verdadera identidad.

Todo vino un poco a raíz del episodio con mi hermana:

Anita: Vos estás mirando el Mundial y me estás dejando de lado...
Azul: No estoy viendo el Mundial! Estoy laburando como negra para poder irme a tomar Martinis a un hotel 5 estrellas de Miami en mis próximas vacaciones!
Anita: Igual pará...ya están jugando un partido? Cómo puede ser si empezó la ceremonia y el chachi chachi hace un rato...?
Azul: Creo que ya terminó el partido...México y Sudáfrica creo que era. O México y Moldavia. O México y Mar del Plata. No tengo la más puta idea, no sé. No, no terminó aún, me informa acá xxx (mi hermana), alias Enrique Macaya Márquez.
Anita: jajajajaja...JAJAJAJAJAJA...igual, no sé cómo hace para no cagarte a palos...yo ya lo hubiera hecho hace rato.
Azul: Por qué? Sólo le hice ese comentario cizañero a raíz de la boludez que dijo ella misma y me marché satisfecha hacia mi cuarto...
Anita: Yo te fajaría simplemente de cabrona que soy...
Azul: Ay, bueno. Y no sé cómo van...no me preguntes porque no lo sé y no pienso averiguártelo...fijate en Infobae si tenés mucha urgencia...
Anita: Sudáfrica metió un gol. Y los jugadores festejaron haciendo un pasito. Me resultó sumamente simpático.
Azul: Sí, lo escuché, pero no vi el pasito. Odio esos festejos payasescos. Soy una persona odiosa, lo sé, pero los odio. Porque después la gente se copa tipo como con la famosa "cunita". Entonces un boludo se tira un pedo y la gente festeja con el festejito idiota del Mundial.
Anita: JAJAJA. Es gracioso pero tenés razón.
Azul: Es terrible cómo la gente se copa con boludeces. Se fanatiza con cualquier cosa. Se copan y lo repiten todos permanentemente.
Anita: Como con las canciones de las propagandas.
Azul: Exacto, te estaba por decir eso. Hasta las ponen en mensajes de Feisbum o del MSN.
Anita: Ay, sí, sí, sí. O sea, sí, están buenas. Punto. Basta. Terminó la propaganda, no se habla más del tema. No te pasa que decís que no te interesa el/los partido/s y te miran raro? A mí sí...y me soba pero me jode esa postura pelotuda de "NO MIRÁS LOS PARTIDOS?!?!"...NO, PAPARULO!, NO!!!, NO ME INTERESA!. O sea, si estoy en mi casa o en la de alguien sin nada más importante que hacer y está puesto el partido, sí, todo bien, lo veo. PERO JUNTARME Y PERDER TIEMPO CUANDO PODRÍA ESTAR HACIENDO OTRAS COSAS, NO! NO, SEÑOR.

Sin comentarios que hacer al respecto. La conversación habla por sí sola.

Por último, y para concluir, también quisiera compartir un breve diálogo con mi novio, único miembro del sexo masculino del grupo de los Intolerantes:

Azul: Estás de muy mal humor hoy. Hablame cuando se te pase. Chau.
Novio: No estoy nada de mal humor! Por qué habría de estarlo?
Azul: No sé, no me interesa. Hablemos cuando se te pase. Beso.
Novio: Nada que ver....todo re cool, es más, hay una tele acá asique voy a ver los partidos...
Azul: Ok.
Novio: Bueno, sí, un poco de mal humor estoy...ME EMBOLA EL POPULACHO FANATISMO NACIONALISTA...acá todos se hacen los aryentinians fans. Por Dios. ERA ESO NOMAS...

Quiero aclarar, antes de inciar mi solemne retirada, que no estoy en contra del Nacionalismo, del Patriotismo o como quieran llamarlo. Para nada. Yo amo a mi país, más allá de todos sus quilombos; más allá de un Mundial o cualquier evento deportivo. Pero no es precisamente en estas ocasiones dónde pretendo demostrarlo.
Justamente, mi mayor meta es contribuir al país con otras cosas, con acciones y conductas más profundas que ponerme un gorro de payaso celeste y blanco, tocar una corneta y gritar el gol que hizo un pelotudo a quién ni siquiera conozco ni voy a conocer jamás.
Por ejemplo, considero que una contribución totalmente válida al país la hago a través de este blog. Educando de cierta manera a la gente, generando al menos una pizca de criterio en las mentes humanas que me rodean. Quiero erradicar la estupidez de la Argentina para que cuando nazcan mis hijos lo hagan y se críen en una sociedad netamente pensante. Simplemente.

Eso es todo por hoy. Si se me ocurre algo más (tengo desafortunadamente aún 30 fucking días por delante), ampliaré oportunamente.

Los dejo diciéndoles que vayan a comprar sus sombreritos celestes y blancos de Paño Lenci y sus cornetitas para el tan esperado partido de mañana. Yo estaré de shopping tranquilísima, comprando todo tipo de cosas innecesarias.

Buen fin de semana.

lunes, 17 de mayo de 2010

Azul y la Novia del Rockero - Parte II

HOY: La Novia del Rockero vs. La Acosadora del Rockero

Lo que voy a exponer a continuación es Ley Universal: siempre que exista un pelotudo con un corte de pelo raro que toque un charango en una banducha de rock (en adelante, el Rockero) que tenga una relación amorosa más o menos estable con una mujer (en adelante, la entrañable Novia del Rockero), existirá sin excepción un gato barato que acosará sexualmente al rockero, con o sin éxito alguno (en adelante, la Acosadora del Rockero), atormentando así la vida del propio Rockero y de su Novia. Sí, señores. Esto es algo así como el Kybalión del Rock, uno de los principios o verdades universales como quien dijo alguna vez: "Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba". Esto es así y así será hasta el final de los tiempos cósmicos.

Lo dicho anteriormente podría hacer suponer un leve paralelismo con la trilogía: Hombre Bobo - Minita Común - Serpiente de Cascabel (ver: Azul y el Hombre Bobo). Pero no. Esto es algo un tanto diferente. Aquí no hay ganadores ni perdedores; superiores ni inferiores. Los tres se encontrarán de por vida en el mismo escalón de la pirámide, ya que los tres cumplirán un papel igualmente patético.

Vamos a explayarnos un poco más al respecto:

El Rockero se hace dedicadamente su brushing gatuno, se calza sus pantaloncetes cool, su campera de cuero apolillada comprada en una feria americana, se mira al espejo y, orgulloso de su peluca rockera, se dispone a salir a tocar. La Novia del Rockero puteará en su fuero interno cada vez que esto ocurra porque sabe que debajo del escenario, a tan solo unos metros, se encontrará ella, gata y radiante como siempre: la Acosadora del Rockero. La Acosadora del Rockero podría pasar por una simple groupie de la banda, pero NO. Ella es mucho más que eso porque lo que realmente le obsesiona no es la banda en cuestión sino el Rockero mismo, y es por eso que irá más allá y traspasará todos los límites que la separan de él. Inexplicablemente, la Acosadora del Rockero sabrá completamente todo acerca de la vida del Rockero y tendrá a su alcance todos los medios tecnológicos disponibles para atacarlo: su número de celular y de teléfono fijo, su dirección de mail personal y laboral, lo tendrá como amigo en Facebook (quizá desde antes que su propia Novia) y hasta sabrá dónde el Rockero vive y qué lugares frecuenta. Con todas estas herramientas a su favor, la Acosadora ya estará lista para llevar a cabo su plan: el acoso sexual desesperado, obsesivo e impune, a pesar de tener conocimiento de la insignificante existencia de su contrincante y gran rival: la Novia del Rockero.

La Acosadora del Rockero suele ser un gato barato de barrio, con una melena felina teñida de vivos colores, labios carnosos, tetas prominentes y culo monumental. No será extraño que cuente con algunos kilos de más, y que varias partes de su cuerpo estén ligeramente cubiertas por tejido adiposo. A pesar de ello, la Acosadora del Rockero estará siempre impecablemente lookeada como una vedetonga cumbianchera. Infaltables las calzas de animal print insertadas a presión entre los cachetes de su culo fofón y flácido, las botas de taco altísimo acharoladas, las pestañas con exceso de rimel, el lápiz labial fluorescente y la bijouterie (aros colgantes y decenas de pulseras y anillos) adquirida en La Salada. La Acosadora, en su intento desesperado por captar la atención del Rockero, arrebatárselo a su Novia, arrinconarlo contra una pared descascarada y abusar de él sexualmente repetidas veces, terminará pareciendo algo muy similar a un árbol de Navidad cachivachesco que rozará lo vulgar y lo desagradable. Pero esto de ninguna manera le importa ya que ni siquiera se percatará de ello. Por el contrario, la Acosadora del Rockero creerá que es una verdadera bomba sexual, una potra salvaje que por siempre sobresaldrá entre la multitud, en especial cuando se encuentre al lado de la Novia del Rockero, que la mirará con odio y asco escondida dentro de sus jeans y sus zapatillas.

Para el Rockero, la Acosadora constituirá un componente esencial en su vida rockera: por siempre ella será "su fan" (a la banda no la conoce ni Magoya, pero el tipo está convencidísimo de que tienen "fans") y su más fiel admiradora; será ella, y de más está decirlo, quien agrande su ego rockero al máximo y lo haga sentirse como el mismísimo Mick Jagger. Pero es muy importante que aclaremos que el Rockero jamás de los jamases accederá a conceder los deseos libidinales y calientes de la Acosadora, no por estar en pareja con su Novia -claramente-, sino porque es totalmente conciente de que la Acosadora es un desastre estético de otra dimensión, un sujeto anti-erotizante al cual jamás tocaría ni con guantes de amianto.

Ahora bien, para la Novia del Rockero, en cambio, la Acosadora constituirá el objeto de su furia y de su ira patológica. Será su potencial víctima mortal y la protagonista de sus fantasías asesinas, en las cuales la visualizará tirada en el suelo, cubierta de sangre, y se verá a ella misma con una careta de payaso y una cuchilla de carnicero en la mano, la cual habrá sido clavada reiteradas veces sobre el abdomen y las tetas de macaco de la Acosadora. La Novia del Rockero es conciente de su enfermedad mental y esto no le preocupa en absoluto. Al contrario: sus fantasías criminales serán día tras día más fervientes -acrecentándose a medida que la persecución obsesiva de la Acosadora avance- e incluso ideará otros métodos de matanza cruel como Plan B -en caso de que el de la cuchilla llegará a fallarle- como ser: cortarla en varios pedazos con una sierra eléctrica, introducir un caño o picana por su orificio rectal o empalarla y verla agonizar mientras disfruta de un banquete, entre muchas otras alternativas igualmente enfermas y psicóticas.
Es muy simple, aunque bien cruel decirlo: la Novia del Rockero no se conformaría simplemente con golpear violentamente a la Acosadora. NO. La Novia del Rockero no ve la hora de asesinarla feroz y salvajemente, momento tras el cual quizá quiera darse un relajante baño de inmersión en su sangre cual Erzsébeth Báthory, o bien escribir con ella "CHUPAMELÁ, PUTA" en el espejo, mientras su rostro va adquiriendo lentamente la expresión psicópata de Jack Torrance en “El Resplandor”.

A la Acosadora del Rockero nada de esto le importa. Nada, absolutamente nada se interpondrá en su interminable camino plagado de acosos y persecuciones arrastradizas. Ella ama jugar este jueguito y, a pesar de su patético papel, jamás renunciará a él.

A su vez, el Rockero gozará con todo su pseudo-rockero ser esta guerra enfermiza y tácitamente sangrienta entre su Novia y la Acosadora. Es decir, bajo ninguna circunstancia hará nada para apaciguar o frenar la tensa situación, a pesar de que ya tiene los huevos al plato de las indirectas (y no tan indirectas) pornográficas que la Acosadora le manda vía mensaje privado en Facebook, y de los gritos ensordecedores de su Novia para que le ponga de una buena y puta vez los puntos a "esa prostituta de outlet".

La Acosadora podría, por ejemplo, enviarle al Rockero un mensaje como el siguiente, con la ilusión (por demás ilusa) de que él, quizá en medio de una crisis sexual con su Novia, pique su oxidado anzuelo:

"Hola, bonito. Jiji. Qué lindo te quedaba ese pantaloncito. Jiji. Mua, Mua, Mua. Nos vemos prontito, lindo. MUA."

Si la Novia del Rockero llegase a leer de imprevisto alguno de sus mensajes inocentes pero cargados de un sutil contenido sexual, podría, por ejemplo, hacerle un planteo al Rockero como el siguiente:

"Esta pendeja hija de re mil puta ya me está rompiendo las pelotas. Me está faltando el respeto...LA PUTA MADRE...PONELE LOS PUNTOS, MAN. NO SABE QUE TENÉS NOVIA? QUÉ SE COMIÓ ESTA PUTITA DE DÉCIMA? ME ESTÁ SUBESTIMANDO? ME CREE TAN POCA COSA QUE ESTÁ TAN CONVENCIDA DE QUE ME VA A PASAR POR ENCIMA??!! VOS NO LE DARÁS PIE, NO? DECILE ALGO!!! DECILE ALGO, LA PUTA QUE TE PARIÓ, O TE CAGO A CUCHILLAZOS A VOS Y A ELLA Y DESPUÉS ME HAGO UN DAIKIRI CON LA MATERIA LINFÁTICA DE LOS DOS!", dice, aumentando paulatinamente su tono de voz, como bien habrán podido deducir, mientras se acerca despacito al cajón de los cubiertos. Su -débil- petitorio será inútil y sus deseos jamás serán concedidos por el Rockero.

Ante este planteo histérico el Rockero simplemente responderá, abriendo lo brazos como un pastor y entrecerrando sus ojos de pajerito: "Es una faaaaannn, amor...U-NA FAN...nada más...me ve como algo inalcanzable, y bueno...entendela...pero vos sabés que nunca va a tener nada conmigo...yo soy tuyo, mi vida.", dice guiñando un ojo y sonriendo tétricamente como un seductor. Cerrado el discurso con esta frase típica de galán berreta, la Novia del Rockero se morderá los labios, esbozará una sonrisita tontona y le dirá: "Bueni, pero me da bronquis...". Dicho esto, rodeará con su brazos a su Novio Rockero y le dará un besito de nena boba, siempre pensando en cómo gozaría aún más este meloso momento si la Acosadora estuviera allí para contemplarlos.

Todo esto alimenta la autoestima del Rockero y las ganas de joder de la Acosadora, quien adora perseguir al Rockero y perturbar y desestabilizar mentalmente a su pobre y sufrida Novia. Incluso llegará un punto en el cual el objeto del acoso por parte de la Acosadora dejará de ser el Rockero mismo y pasará a ser directamente su Novia: cuanto más al borde ésta esté de la locura demencial, más feliz será la Acosadora.

En general, la característica frecuente (y diría yo, permanente) en el seno de una situación de esta índole será el despelote conyugal entre el Rockero y su Novia, y la sonrisa y la trompita misteriosamente satisfechas de la Acosadora. Sea como sea, vuelvo a insistir con lo mismo: donde haya un Rockero, por más mediocre que sea, habrá una Acosadora obsesiva de segunda selección. Y cuando exista entre ambos la Novia del Rockero, habrá una loca desquiciada con una mente insana, y un fuerte y marcado instinto asesino serial.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Azul y el Hombre Bobo

"Give me envy, give me malice, give me your attention
Give me envy, give me malice, baby, give me a break!
When I say Shotgun, you say Wedding..."
(PANIC AT THE DISCO - Time to Dance)

Por un momento pensé que tenía que generalizar el título: Azul y los Hombres. Pero no. Hay algunos que son zorros, bien zorros, más zorros que yo misma, con lo cual no aplicarían en el caso que nos concierne en este post.
Por lo tanto hoy hablaremos del exponente más común de todos: el Hombre Bobo.

El Hombre (entiéndase como ser humano del sexo masculino con tendencias 100% heterosexuales) Bobo (entiéndase exactamente como lo que la misma palabra significa) es, por lo general, bastante boludo -valga la redundancia- con lo que respecta a sus relaciones amorosas con indiviudos del sexo femenino.

Tiene un problema, casi patológico, y yo diría que bastante grave: el de la reacción opuesta. Sí. Procederé a explicar este curioso fenómeno masculino de la manera más detallada pero a la vez más breve posible.

Para analizar exhaustivamente a este especimen y su particular comportamiento, debemos obligatoriamente hacer referencia a dos clases de mujeres: la Minita común y la Yegua o Serpiente de Cascabel.

La Minita común es una mujer normal, común y corriente pero coqueta, femenina, que adora vestirse para matar y seducir. Un intento de femme fatale con una necesidad desesperada e imperiosa de enamorarse y ser correspondida, amada y protegida por un hombre. No tiene que ser necesariamente bonita ni tener cuerpo de ninfa marina, pero sus coqueteos, sus mañas, sus pestaneos, su trompita y sus grititos o comentarios histéricos tienen un considerable poder de atracción. Es por eso que su éxito con los hombres, en especial con los Hombres Bobos, es bastante.

La Minita común es ideal para fomentar el autoestima del Hombre Bobo, que por lo general suele ser bastante baja. Analizaremos cómo se desenvuelve dicho individio en este caso:

El Hombre Bobo disfrutará del coqueteo con la Minita común y de su consecuente histeriqueo barato, pero disfrutará aún más cuando ella caiga rendida a sus pies, cuando abra su alma y su corazón y exprese hasta lo más profundo de sus sentimientos, con su mayor sinceridad.
Por ejemplo, la Minita común podría enviarle al Hombre Bobo un mensaje o mail como el siguiente (SIC):
"Hola, mi amor. Me encantás, te extraño. Cada minuto que estoy sin vos me doy cuenta de que nunca me pasó algo así con nadie, de que TE NECESITO. No paro de pensar en tus besos, en tus caricias, en la manera en que me tocás. Esto me hace sufrir, quiero estar con vos para toda la vida. No puedo imaginarte con otras mujeres, quiero que seas MÍO y sólo MÍO. Me aterra la idea de tener que compartirte porque sabés qué? Me dá miedo decirlo, pero creo que TE AMO. Tu Bebé."

Dicho esto por la Minita común, el Hombre Bobo procederá a responder un mensaje como el siguiente (SIC):
"AMOOOOOORRR, MI VIDITA DE MI ALMAAA, HERMOSAAA, LINDITA DE MI VIDAAA! CÓMO ME GUSTÁAAAASSS!!! Cada vez que leo estos mensajes tuyos me dan ganas de comerte a besis y abracisss! GORDA, NUNCA SENTÍ ESTO POR NADIE, ES MUY FUERTE LO QUE ME ESTÁ PASANDO, NECESITO REORDENAR MI VIDA PORQUE AL CONOCERTE ME PATEASTE EL TABLERO!!! TE QUIEROOOO, HERMOSAAAA, NO VEO LA HORA DE VERTEEEEEEE Y ESTAR CON VOS TODA LA NOCHEEE, TE ADOROOOOOOO, BEBITA MÍAAAA!"
.
Dicho esto por el Hombre Bobo, la Minita común irremediablemente se enamorará, pasará hora tras hora, minuto tras minuto y segundo tras segundo pensando en la abismal basura que le acaba de escribir ese mensaje superflúo y basado en la nada, y haciéndose ilusiones sobre cosas que jamás tendrán lugar más allá de su ingenua utopía. Los mensajes continuarán y serán cada vez más subidos de tono: ella porque ya estará perdidamente enamorada de él, y él porque ama haber entrado en su jueguito de tire y afloje y engancha pinchanga. Esto provocará que el Hombre Bobo vaya paulatinamente agigantando su pequeño ego, elevando su baja autoestima y sintiéndose como un verdadero semental.
Luego de fornicarse una o dos veces a la Minita común en cuestión (para ella, "habrán hecho el amor"; él, simplemente, se la "habrá garchado"), sus ojitos bobos y de marrano se posarán sobre otras tetas y otro culo, y la historia volverá a repetirse con una nueva Minita común, sin importarle un mísero rábano que la anterior quedó destruida y tirada en una cama, llorando y moqueando a mares, sin comer y sin beber, analizando posibles métodos suicidas, hundida en su desesperación y sintiendo que su vida ya no tiene sentido, mientras lo llamará incansablemente por teléfono, le mandará mensajes de texto y mails varios, sin obtener en ninguno de los casos respuesta alguna. Pero al Hombre Bobo esto no le importa, al contrario: le encanta, siente un goce religioso y extraterrenal. Es que él es un Macho, un verdadero Hombre, un Latin Lover; se sentirá un Sex Symbol y no podrá evitar que una sonrisa tontona y babosa se le dibuje en el rostro mientras piensa y se enorgullece de su poder de seducción y conquista, y mientras cree, convencidísimo, que "yo con las minitas hago lo que quiero".

Pero es interesante que analicemos la reacción contraria de nuestro bajísimo personaje cuando la mujer en cuestión es la contrapartida: la Yegua o Serpiente de Cascabel, una zorra irremediable cuyo placer se basa exactamente en lo mismo que el de él: le denigración del otro para sentirse más. O bien para sentirse lo que es: simplemente MÁS.

La Serpiente de Cascabel podría pasar como una superheroína vengadora de las desdichas que la Minita común ha sufrido a causa del Hombre Bobo. Nada más alejado de la realidad. A la Serpiente de Cascabel no le interesa en lo más mínimo vengar el infortunio de la otra. De hecho, si puede hacérselo aún más dificil de soportar, lo hará sin siquiera pensarlo. "Cómo puede ser que este hijo de puta se arrastre así por esa anoréxica con cara de boludita que lo trata mal, lo tiene cagando y ni siquiera tiene lolas ni culo?" se preguntará frecuentemente una Minita común ante la aparición de una Serpiente de Cascabel. Nadie tendrá respuesta para esta cuestión. "Yo te amo de verdad, nadie te va a amar como yo! Date cuenta que ella no te quiere! Por qué con ella sí y conmigo no?", le cuestionará la Minita común al Hombre Bobo, nuevamente sin poder llegar a encontrar una respuesta. Estas cuestiones constituyen, de hecho, uno de los grandes misterios de la vida en lo que a Hombres Bobos respecta.

Por otro lado, la Serpiente de Cascabel no debe de ninguna manera confundirse con una Puta, Putita o Gato (de quienes podríamos hablar en otra oportunidad aunque no hay demasiado que analizar ni es muy entretenido hacerlo): la Serpiente de Cascabel no usa tacos altos, minifaldas ni pantalones ajustados. No se tiñe el pelo de rubio ni se pinta los labios de rojo, si bien es cierto que habrá pasado por los lechos de muchos Hombres Bobos, sin que absolutamente nadie lo sepa ni mucho menos lo sospeche. Sólo ella lo sabrá y, en silencio, sonreirá picarescamente ante el hecho. La Serpiente de Cascabel es más bien infantiloide y naif. Tras su carita angelical, sus ojitos de muñeca de porcelana y sus vocecita de Hada Madrina del Bosque se esconde el más atroz y peligroso de los monstruos mitológicos. La Serpiente de Cascabel es el zorro disfrazado de cordero, la bruja maléfica convertida en doncella. Es la personificación de la nínfula de Vladimir Nabokov, independientemente de su edad. Y es por eso que su éxito con los hombres, y de más estás decirlo que con los Hombres Bobos, es inconmensurable. Rotundo. Envidiable. Sin precedentes.

El Hombre Bobo suele caer, con relativa facilidad, rendido ante sus piececitos de nena y sus sonrisita dulce y -casi- tímida. Pero jamás y bajo ninguna circunstancia lo manifestará en un primer momento. El Hombre Bobo percibe que la muñequita satánica tiene "algo", que no sabe bien qué es pero que le encanta, le quita el sueño, lo envuelve en misterio y lo enloquece mental, emocional y sexualmente. Pero tiene miedo. Teme a que algo tan insignificante lo rechace y le diga lisa y llanamente "NO", arqueando una ceja. La Serpiente de Cascabel ya lo sabe, sabe con absoluta certeza los sentimientos y sensanciones que genera en el Hombre Bobo, y sólo le resta esperar por su ataque...para contraatacar (positiva o negativamente). Si la Serpiente de Cascabel no quiere NADA, NADA pasará. Ni hoy, ni mañana ni nunca. La decisión ya está tomada y no hay NADA que el Hombre Bobo pueda hacer. Si, por el contrario, la Serpiente de Cascabel quiere algo YA, permitirá que las cosas sucedan YA, sin vacilaciones, sin chamuyos ni palabrerío al pedo. Ahora bien, si tiene ganas de hacer esperar al Hombre Bobo, hacérsela parir un poco y en consecuencia divertirse, lo hará esperar, remarla y trabajar arduamente hasta que éste pueda finalmente llegar a la torre del castillo medieval en el cual él la cree prisionera, momento en el cual ella decidirá acceder a sus deseos o cambiar de opinión y despacharlo con total impunidad. Y el Hombre Bobo deberá cumplir su voluntad. Expresamente. La decisión final y definitiva la tendrá de por vida ELLA. Y ELLA lo sabe. Y lo saborea.
Pasado este punto, la Serpiente de Cascabel se planteará otro tipo de cuestiones, ante las cuales actuará de la misma venenosa y malévola manera. Si la Serpiente de Cascabel desea enamorar al Hombre Bobo perdidamente y convertirlo en su esclavo por el resto de la eternidad, usará sus dotes dulces de princesa de ensueño. Pero si por alguna cuestión desea hacerlo sufrir (fundada o infundadamente), será el reptil más venenoso de la floresta...y la peor se sus pesadillas.

La Serpiente de Cascabel hará con el Hombre Bobo lo que le venga en gana, y así será por siempre. Provocará permanentemente inestabilidades varias tan solo para marearlo y tenerlo cada día más aferrado a ella cual sanguijuela. Hasta que ella lo desee, por supuesto. Cuando la Serpiente de Cascabel quiera deshacerse del Hombre Bobo de turno, éste simplemente pasará a ser parte de su historia. Y la Serpiente de Cascabel no le dará explicaciones al respecto.
Cabe aclarar que la conducta diabólica de la Serpiente de Cascabel no tiene por qué tener una razón de ser ni estar fundada en un motivo concreto. El Hombre Bobo no tiene por qué haberle hecho nada malo. Al contrario. En general éste se desvivirá e intentará a toda costa enamorarla y hacerla feliz, en la mayoría de los casos sin éxito alguno. Es su mera condición de Hombre Bobo lo que hace que la Serpiente de Cascabel comienze a elaborar, apenas conocerlo, la ponzoña letal que más tarde le inyectará, sólo por si acaso, para que quede bien claro, y desde el vamos, quién es quién en esta historia.

Ahora bien, ¿qué pasa si el Hombre Bobo comete el imperdonable error de confundirla con una Minita común, al menos sólo para probarla? En este caso, la Serpiente de Cascabel expondrá sus garras destructivas, afilará sus colmillos de vampiresa, abrirá sus fauces al máximo y se preparará para largar el más temible y destructivo fuego por su boca. El Hombre Bobo entrará entonces en una total desesperación e implorará incasablemente un perdón que jamás le será concedido, y vivirá así un tormento hasta el final de sus días.

Misteriosamente, a pesar de su actitud venenosa, vil, maquiavélica y casi monstruosa escondida bajo su carita de princesa de cuento de hadas o de Pitufina, la simplísima Serpiente de Cascabel logrará, en la mayoría de los casos sin siquiera pretenderlo ni proponérselo, enamorar perdidamente al Hombre Bobo y tenerlo hasta el final de los tiempos arrastrado detrás de ella, cual lombriz de río o caracol común de jardín. En otras palabras, y para que se comprenda mejor, logrará sin el mínimo esfuerzo lo que la Minita común se ha esmerado con desesperación por lograr y no ha conseguido bajo ninguna circunstancia.

Para concluir, diremos que una mujer sumisa, buena, dulce, romántica y amorosa...fracasará inevitablemente en el amor. Por el contrario, una mujer que es una auténtica Yegua o Serpiente de Cascabel (y cuanto más venenosa y escamosa, mejor), obtendrá éxitos y victorias y condecoraciones tácitas.

Por todo lo expuesto anteriormente, y para mantener un equilibrio en su patética vida, el Hombre Bobo deberá inevitablemente tener siempre a su alcance una o más Minitas comunes, necesarias para mantener en pie su sentimiento de Macho Hecho y Derecho. Pero, por otro lado, jamás deberá faltarle su musa inspiradora por excelencia: su propia Yegua o Serpiente de Cascabel, necesaria para alimentar su líbido y ¿por qué no? sus ganas de vivir.
Estas tres especies deberán necesariamente convivir de por vida, ya que los unirá para siempre una relación simbiótica; los tres son componentes necesarios de un ecosistema en perfecta armonía, aunque nunca faltará alguno que otro desastre natural, que casi podrá devenir en tragedia.

Alguien dijo: "Detrás de todo Gran Hombre, hay una Gran Mujer." Pero Azul dice: "Detrás de todo Gran Hombre Bobo, habrá una Gran Minita comunacha...y detrás de ambos, y para atormentar sus ralas existencias hasta el final de sus días, habrá una Gran Yegua o Serpiente de Cascabel lista para expulsar su veneno mortal..."

jueves, 17 de diciembre de 2009

Especímenes varios que odio con todo mi enfermito ser - Parte II

Hoy: especímenes en la vía pública o móvil

1) Los cabezas que escuchan hip hop o reggaetón a todo volumen por el celular. Y si se ponen a mover el orto...PEOR: saco mi navaja y me convierto en un peligrosísimo asesino serial. Están avisados.
2) Las adolescentes vírgenes y culonas que hablan a los gritos y emiten alaridos y risitas histéricas.
3) Las parejitas de adolescentes cachondos haciéndose "mimitos". A estos vamos a analizarlos un poquito más:
Él: la mira con cara de idiota...tooodo el tiempo; Ella: le hace ojitos, pestañeos y pucheritos permanentemente...besito va, besito viene, piquito de allá, chuponcito de acá. En general, los pibes usualmente no son tan feos pero ellas suelen tener mucho acné o bien un culo herméticamente encerrado a presión en un jean clarito marca Chicolo, y casi siempre tienen un corte de pelo noventoso.
Van abrazaditos durante todo el puto trayecto, cuando están en el tren o subte, por ejemplo. Él con carpuza le baja la mano hasta rozar su orto celulítico, o bien la apoya constantemente. Ella no se opone, al contrario: se calienta.
Honestamente, no entiendo cómo le hacen para mantener esa llama ardiente durante todo el maldito día, y más aún si son las 8 de la mañana. Que alquien me explique este fenómeno, porque sinceramente no lo entiendo.
De todas formas, ella terminará siendo cornuda. Y él muchas veces también. Y más tarde, cuando se peleen y la relación púber haya llegado a su fin, repitirán el ritual pseudo pornográfico con la nueva pareja.
ASCO.
4) Los pelotudos que te hacen ojitos y no te sacan la vista de encima...hijos de puta...la calle o el transporte público no son clubes de levante...no me voy a fijar en vos en el tren! jamás me vas a sacar el teléfono en este carro inundado con olor a meo rancio de linyera leproso! salgan a la calle, por el amor de Adrián Dárgelos! CÓMPRENSE UNA PUTA VIDA!!! FORROS...
5) Los pelotudos sub 23 que hablan por celular a los gritos, para que todos los allí presentes se enteren del mega plan que tienen para el fin de semana: "síii, boludooo, a full! fiesta en tu casaaa! seee! comprá un cajón de birra! y un par de fernets, a fuuulll! y seee, obviooo, decile a Mery y a Coti y a Lali que vayan, boluuudooo...me trabajan los ratones a fuuullll...". I-DIO-TAS.
Nota: el "me trabajan los ratones a full" formó parte de una conversación real que escuché en el tren. Sí: es un caso verídico. Y por supuesto que el boludo se bajó en Martínez...
6) Las forras que se suben con un pedejo de 5 años a upa para que les den el asiento: tu pendejo sabe caminar y mantiene el equilibrio perfectamente, hija de re mil puta. Ni en pedo te voy a dar mi asiento...tomate un taxi, haceme el favor...estúpida...
7) Las empleadas domésticas altiplánicas que se suben al tren o bondi a los empujones para alcanzar, a través de los coletazos generados con su orto monumental, un asiento. Viajá parada como todo el resto, la puta que te parió...
8) Los grupos de universitarios que no paran de hablar de la "facu": "ay, sí, porque el profe de Contabilidad es re buena onda!" "uhhh, tenemos parcial con Garchotti...ese nos va a romper el culo!" "ya empezaste a estudiar para el parcial de Marketing?" "cómo vas con el Té Pé de Psicología del Consumo?". Idiotas. Idiotas, idiotas.

Eso es todo.
Hasta la próxima.